Internarse en un recorrido en el sur de Francia es siempre una experiencia fantástica. La Provence es famosa por sus paisajes y su buena comida. Los cuadros de Van Gogh se nos vienen en forma recurrente a la mente al recorrer estos parajes. Enornes campos de trigo y cielos inmensos que parecieran estar más cercanos. Por otra parte Marsella se presenta como la puerta de la codiciada Costa Azul.
Hoy la otra región del sur de Francia, conocida como el Langedoc u Occitania está de moda. Esto se debe a la fama mundial de la novela de Dan Brown , El Código Da Vinci. Tras la novela aparecieron muchos libros semieruditos hablando de los Cátaros y sus ancestrales misterios. La zona del Langedoc es también conocida como “El País de los Cátaros”, ya que fue el lugar en donde se extendió la herejía que fue destruida en el siglo XIII tras la Cruzada contra los Albigenses.
Se trata de una región de alto interés turístico tanto por su geografía como por sus construcciones medievales. Cuenta además de una interesante gastronomía y es famosa por su excelente producción de vinos.
Al recorrer la zona muchas fortalezas destacan a la vista como Beziers, Montsegur. Se trata de fortalezas que surgen como continuación de las montañas rocosas Se extienden como casi una continuación natural y hacen pensar en hipótesis ridículas de construcción , ayuda alienígena o ideas por el estilo ( la misma justificación que muchos dan hoy al misterio de las Pirámides de Egipto). La verdad es que esa arquitectura evoca el misterio. Cómo con las tecnologías medievales pudo construirse algo así. La geografía es interesante por sus amplias colinas y una enorme cantidad de historia se presenta al camino. Sin duda en la zona uno de los lugares más interesantes de conocer es la ciudad de Carcasonne, la cual fue en la época de los cátaros uno de los enclaves más importantes de los “ Buenos Hombres” . Se trata de una ciudad considerada hoy patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Es la perfecta ciudad medieval completa. No es necesario usar la imaginación para retroceder en el tiempo , pareciera ser que el tiempo en está ciudad nunca transcurrió. Se trata de un anillo doble de murallas y 53 torres en perfecto estado, no ruinas, sino completas.
Cuenta con una plaza fuerte y un casco antiguo medieval intactos. La verdad es que es el lugar ideal para recrear el Castillo perfecto de los cuentos mentales. Así como Neuschwainstein en la ruta romántica de Alemania se convirtió en la inspiración del Castillo de Walt Diney, Cracasonne es la inspiración ideal para revivir una época desde todas las ventajas del hoy. La arquitectura medieval perfecta, sin tener que apelar a la imaginación. Una iglesia gótica- la Iglesia de Saint Nazarine – de una belleza extraordinaria con vitrales originales del siglo XIII y XIV, un Castillo fortaleza con amplias torres, patio central y puente levadizo, como sacado de una película.
Carcasonne aparece como ciudad ya en el 800 a.C. Se trataba de un poblado de amplio intercambio comercial. Para el año 100 a.C. la colina fue fortificada por los romanos y se convirtió en el centro administrativo de Iulia Carcaso, la que más tarde sería denominada Carcasum o Carcasso. Hoy aún se puede apreciar la presencia romana en las murallas septentrionales de la fortaleza. En el siglo VII la ciudad fue ocupada por los visigodos, los cuales construyeron más fortificaciones. En el año 725 la ciudad fue tomada por los Sarracenos, los cuales fueron expulsados por Pipino El Breve en el 759. En el 1067 por una unión matrimonial, la ciudad pasó a pertenecer a Ramón Bernardo Trencavel, vizconde de Albi y de Nimes. Fueron los Trencavel quienes construyeron el castillo condal y la basílica de San Nazarino. Los Trencavel fueron a veces aliados de los condes de Barcelona y otras veces de los condes de Tolosa, incluso a fines del siglo XII el vizconde de Carsaconne se hace vasallo del rey de Aragón.
Durante la cruzada contra los cátaros, llamada Cruzada contra los Albigenses ( fueron condenados como herejes en el Concilio de Albi) la ciudad de Carcasonne jugó un rol importante en la resistencia cátara. El Agosto del 1209 la ciudad fue asediada por el ejercito cruzado al mando de Simón de Montfort quien tras un sitio de quince días tomó la plaza fuerte y se convirtió en su nuevo vizconde. Ramón Roger Trencavel fue hecho prisionero, luego morirá en prisión.
La cruzada contra los albigenses fue un hecho reprochable que causó muchas muertes, pero muchos errores se habrían evitado de haber existido un adecuado liderazgo. Simón de Montfort era un guerrero en asenso de escasa educación y múltiples ambiciones. Muchos de los horrores fueron el precio del asenso de este hombre, que ahora como señor de la ciudad, ampliará la fortaleza. Será él quien se independizará del rey de Aragón y marcará el dominio francés en la zona como vasallo del rey de Francia. El hijo de Ramón Trencavel tratará de recuperar la ciudad, pero fracasará. Los reyes de Francia tomarán posesión definitiva en el 1247. Luis IX fundará una parte nueva de la ciudad a los pies de la colina. El y su sucesor Felipe III ampliarán las fortificaciones exteriores, convirtiéndola en una fortaleza inexpugnable.
Muchas son las huellas que hoy la ciudad tiene de este período. Las pequeñas tiendecitas de sus angostas calles reciben nombres que evocan a los cátaros y recuerdan la cruzada. Del mismo modo los innumerables restoranes se jactan de preparar el original Casoulette, comida que se le daba a los soldados en el siglo XIV para la guerra de los cien años. La ciudad resistió los asedios de este período, cosa que sigue siendo un orgullo hasta hoy.
Cuando Francia logra adquirir Rosellón siglo XVII, zona fronteriza de los Pirineos, la importancia estratégica de Carcasonne decae. Se abandonaron las fortificaciones y la ciudad sólo sobrevivió como centro económico. Las fortalezas perdieron importancia y se deterioraron a tal punto, que el estado francés consideró la posibilidad de botarlas. Frente a la polémica por este punto, el historiador Jean-Pierre Cros-Mayrevieille y el escritor Prosper Mérimée lideraron una campaña para preservar la fortaleza como Monumento histórico. Fue así como se le encargó al arquitecto Eugène Viollet-le-Duc el proyecto de renovación del casco antiguo. Durante el siglo XIX como respuesta al Romanticismo nace un movimiento que recibe el nombre de Gothic Revival y es a esta iniciativa que responde esta increíble empresa de reconstrucción.
La reconstrucción ha sido muy criticada ya que en el proceso se confundieron los elementos sobrevivientes de los reconstruidos, lo cual para muchos es la gracia. Es cierto que tal vez en la reciente arqueología las acciones de Viollet le Duc sean contrarias a las nuevas visiones, lo cierto es que se trató de un prolijo trabajo que implicó enormes estudios y una cantidad enorme de fantásticos dibujos. El arquitecto a cargo de la reconstrucción era un amante de la Edad media y volcó su amor hacia esta época en reconstruir la maravillosa ciudad de Carcasonne.