“Circo Hoy” se llama el proyecto de investigación para el Bicentenario de Pilar Ducci y Francisco Bermejo financiado por Fondart, Consejo Nacional de las Artes y de la Cultura, y patrocinado por la Biblioteca Nacional con miras a convertirse en dos libros que recopilen y den cuenta de la memoria colectiva del circo familiar y tradicional chileno.
El mes de septiembre, mes de la Patria, da inicio a las tradiciones más puras arraigadas en el alma y en el sentir del pueblo chileno. Resuena la cueca, se arman las ramadas, se elevan los volantines y como por arte de magia aparecen las carpas de los circos que se multiplican en las ciudades y en los pueblos a lo largo de todo Chile.
El circo es Patrimonio Nacional de Cultura y a las puertas del Bicentenario, Pilar Ducci en la investigación y Francisco Bermejo en la fotografía, se embarcaron en la aventura de indagar y reconstruir la historia de esta institución tan enraizada en lo más profundo de la cultura popular chilena. Para conocer más de este proyecto conversamos con Pilar Ducci, Bióloga de la Universidad Católica que pertenece a la Red Cultural de la Universidad Gabriela Mistral, que patrocina este proyecto que se materializará para el Bicentenario en dos libros, uno con fotografías y el otro con la investigación histórica.
Hay poco o nada escrito sobre el circo por lo que la investigación se basó principalmente en entrevistas y testimonios hablados y en documentos y recortes encontrados en la Biblioteca Nacional. Con esos elementos, Pilar comenzó a armar una historia que se remonta a la época de la Colonia y que perdura hasta nuestros días. Una historia de amor, de sacrificio y de entrega por un trabajo, a veces duro, pero al que nunca se puede abandonar. Las razones que llevaron a Pilar y a Francisco a investigar y conocer la historia del circo chileno son diversas:”son miles las cosas que hacen que se active un “chip” y uno quede cautivado para siempre. Creo que en esencia tiene que ver con una fascinación por el circo que sentimos desde chicos y también existe algo personal muy fuerte, una empatía con el estilo de vida trashumante, itinerante, medio nómade de los artistas circenses”, explica Pilar.
Su aventura comenzó el verano pasado en el sur cuando llegaron al primer circo de los sesenta que conocen ya: “Alojamos con ellos, compartimos momentos, comidas, y nos asomamos por un instante a la vida del circo. Eso bastó para quedar prendada. El resto del veraneo consistió en perseguir circos, grandes, chicos, en pueblos remotos, en ciudades grandes”. A pesar del entusiasmo y la motivación la tarea no fue fácil porque en Chile, como está dicho, no existe nada formal escrito con respecto al circo, salvo citas sueltas en libros, recortes de diarios, artículos de revistas, sueltos de prensa, afiches, cartas, fotografías de colecciones de las personas y el enorme anecdotario y memoria de la gente de circo: “A través de entrevistas es posible comenzar a reconstruir una “historia” que no obedecerá a la historiografía típica que todos conocemos porque en muchos casos las fuentes no son comprobables y uno debe confiar en la memoria de las personas que cuentan sus anécdotas personales, sus experiencias” nos relata Pilar pero en cambio, agrega “En otros países como Argentina, Estados Unidos y México tienen libros preciosos y en éstos mencionan el circo chileno y celebran actuaciones de sus trapecistas. Actualmente existen grandes artistas chilenos que brillan en el exterior: los Farfán, Ventura y Cárdenas en Cirque de Soleil desde Las Vegas hasta Japón. Hay decenas, quizás sobre cien payasos chilenos que brillan en el exterior, incluso en el museo de Sarasota, en Florida USA, existe una placa conmemorativa a un gran Tony chileno: Tony Ñico, Marcos Droguett quien murió hace años”.
En cuanto a los payasos, los chilenos tienen una identidad muy característica, dialogan con el público, interpretan el humor rápido y espontáneo de los chilenos: “Los payasos chilenos son famosos internacionalmente, y son los payasos más apetecidos de Latinoamérica, incluso el payaso más importante de USA es un chileno, el Pastelito Maluenda. Y hemos tenido y tenemos montones de payasos inteligentes y agudos que desde la pista, y a lo largo de más de un siglo han hecho con sus monólogos o rutinas grandes críticas sociales, son extraordinariamente cómicos y rápidos. Recordemos a Chalupa, Maturana, Caluga, Colihue, Lechuga, Rabanito, Chicharra, Bombilla y muchos más”.
La Familia Circense:
Después de recorrer más de sesenta circos, Pilar Ducci puede hablar con propiedad de la gente con quién habló, de sus testimonios y de la experiencia vivida con ellos. Está fascinada y no vacila en dar sus opiniones: “Siempre en mis entrevistas encontré personas de una gran generosidad, me sentí muy acogida por ellos, muy cariñosos, con un mundo y una forma de ver la vida extraordinaria, que se los da el tipo de vida que llevan con experiencias que son realmente fascinantes y enriquecedoras. Recuerdo que llegamos a Purén un día a mediados de febrero temprano en la mañana. Nos encontramos con un circo pequeñísimo, el circo de Colombia. Nos acercamos a ellos y les contamos en lo que andábamos. Resultó que la dueña del circo, la señora. Carmen Véjar miembro de una antigua familia circense era pariente cercana de varios artistas que habíamos conocido con anterioridad, al igual que su yerno Diego Astorga. Nos recibieron como si hubiésemos sido de la familia. Instalaron una mesa en el medio de la pista del circo, y nos invitaron a desayunar en familia: pernil, pan amasado con pebre, carne asada, café con leche. Estuvimos sentados conversando hasta el mediodía. De pronto se levantó un viento tremendo y que tuvimos que pararnos de inmediato, guardar todo y rápidamente ponernos a trabajar juntos para desarmar la carpa y que no se rajara con el viento. Fue un día precioso, y ellos fueron extraordinariamente generosos con nosotros”.
¿Cómo es la vida familiar?:
“Los artistas circenses están todos relacionados entre sí, ya sea consanguíneamente porque son todos primos, hermanos, tíos, cuñados o bien por compadrazgo. Son como una sola gran familia muy extendida en que todos se conocen. La mayoría sabía de nosotros y nuestro interés y ya nos estaban esperando. Según los artistas circenses, hay aproximadamente ciento veinte circos en Chile y nosotros llevamos recorridos la mitad. Nos falta todo el norte, que esperamos completar en los próximos meses”.
Pero dada la naturaleza itinerante de su trabajo, la vida familiar debe adecuarse a esta realidad y es así como es imposible que los niños del circo concurran al colegio en forma normal. Desde principios de los años noventa los colegios de todo el país están obligados a recibirlos aunque sea por pocos días y al final de año, rinden exámenes en el Ministerio:” En general les va muy bien en sus estudios y la oportunidad de conocer a tantos niños de todas las regiones de Chile, les permite una inserción social fabulosa. Chile es el único país que lo hace en Latinoamérica . En los demás países los niños son educados con profesores particulares en el mismo circo”.
Y por esta misma naturaleza itinerante del circo, sus integrantes a pesar de ser en general muy devotos no tienen una parroquia fija. Por esta razón el Obispado de Santiago tiene una Pastoral dedicada exclusivamente al circo y a cargo de ella está el padre Marcelo Catril de la Parroquia de Achupallas de Viña del Mar que además…es payaso, el payaso Domni:”es un sacerdote joven que se encarga de las catequesis, misas, matrimonios, bautizos, velorios, bendice a los animales, todo en las carpas”, concluye Pilar y agrega: “Además el sindicato circense tiene un mausoleo en el cementerio general con forma de carpa donde entierran a toda la gente de circo. Y desde el año 1935, todos los 25 de julio hacen una romería al cementerio, con las bandas de circo, muchos vestidos de payaso ¡es un espectáculo!”
¿Puedes contarnos algunas anécdotas?:
Hemos recopilado anécdotas que se incluirán en forma literal en el libro, anécdotas que son particulares pero universales a la vez de la memoria colectiva familiar del circo chileno. Pero quiero entregar en forma textual una anécdota de Nelson Montecinos, 69 años ex payaso y trapecista, actual capataz del circo Hermanos González:”Mi papá era un viejo grandote que tocaba trompeta… una vez, estando para el lado del río Tolten, de Temuco para dentro, mi papá arrendó dos botes y puso a dos payasos músicos por bote. Estábamos bien pintados, con las mejores chalupas y nos fuimos por la orilla del río tocando y anunciándole a las casas que estaban en los cerros porque no había otra forma de recorrer ese lugar. Recuerdo que llegábamos hasta donde estaba la última casa y ahí se devolvía el bote pa bajo. Al hombre le costaba remar río arriba, después se venia feliz pa’ bajo, esto tiene que haber sido por ahí por los 50 o los 60 antes del mundial”
Y este señor que me contó la anécdota, don Nelson nació dentro de la carpa de circo. Trabajó de niño como payaso, luego de trapecista y ahora que ya está viejo, es capataz. La gente no abandona nunca el circo, no hemos conocido a nadie que lamente su vida en el circo y se quedan ahí hasta el final de los días, ya sea en la boletería o vendiendo cabritas, pero no se alejan de los que ellos llaman la “pista”. Están en familia, y viviendo la vida itinerante que conocen y les gusta.
¿Piensas que el circo puede morir o está muy enraizado en la cultura popular aún hoy?:
El circo es el tipo de espectáculo que más convoca público en Chile pero a pesar de ello y de los grandes reconocimientos en otros países para nuestros trapecistas y payasos no hay ningún tipo de premio en nuestro país para ellos, ni un Altazor, ni un premio nacional ni nada. ¿No se merecería algo el tony Caluga?
Pero a pesar de todo el Circo en Chile no muere todavía.