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El Retrato de Dorian Gray y la caída de Oscar Wilde

En la mañana del 3 de abril de 1895 Oscar Wilde salió de su casa en Tite Street, Londres, hacia la Corte Central Criminal. El fue hacia allá en un carruaje cubierto que le costó £2. 5s. 6d por lo que describió la cuenta posterior , con una ironía inconsciente como ‘ un largo día’. Siendo Oscar, desde luego, tenía que ser hecho con estilo. El había presentado una acción legal contra el Marqués de Queensbury, padre de su joven amigo y amante Lord Alfred Douglas, por haberle dejado una tarjeta de visita en su club con una nota, de las que pueden ser calificadas como una de las más mal interpretadas de la historia: ‘ Para Oscar sodomita posero’.

Oscar Wilde en los tiempos en que se publicó “El Retrato de Dorian Grey”

Para el tiempo de su primer encuentro cuatro años antes, Wilde tenía 37 y Douglas 21. Douglas era un estudiante de pregrado de Oxford, dotado de un talento poético considerable, siendo al mismo tiempo excepcionalmente bien parecido. Era conocido por sus amigos cercanos y su familia como ‘Bosie’. Por el lado de Wilde la amistad rápidamente se tornó en algo más allá y no ocultaba sus sentimientos, invitando a Douglas continuamente a comer con él, enviándole telegramas y regalos de todo tipo, siendo el primero de estos ciertamente una copia de ‘ El retrato de Dorian Gray’ dedicado “ Para Alfred Douglas de su amigo que escribió este libro, Oscar. Julio de 1891”. Douglas fue cautivado por el encanto de Wilde y la mágica calidad de su conversación y en poco tiempo se volvieron inseparables.

Esto no complació a su padre, el marqués ‘escarlata chillón’, como llamaba Oscar, quien ya sospechaba que su hijo mayor, el vizconde Dumlanrig, tenía un affair homosexual con el Secretario de Relaciones Exteriores, Lord Rosebery. Queensberry era un hombre mentalmente desequilibrado, arrogante y con un temperamento enfermo, quien en privado, le pegaba a su mujer y no mostraba interés en sus hijos. En su vida pública es recordado simplemente como el autor de las reglas Queensbury las que gobiernan el deporte del boxeo. Una copa de una de las cartas de Wilde a Douglas cayó en manos del marqués, en la cual él había escrito ‘es una maravilla que esos rojos labios de pétalos de rosas tuyos no hayan producido más música y canciones que una locura de besos’ Queensbury ahora comenzaba a objetar del modo más fuerte la relación de su hijo con Wilde y amenazó con cortar los dineros a Bosie si este no terminaba la relación de forma inmediata. Cuando Douglas se negó, Queensberry cayó en un frenesí y comenzó a seguirlos a los diferentes hoteles y restaurantes que ellos frecuentaban en Londres, intentando causar un escándalo público al encontrarlos juntos. En Junio de 1894 Queensberry eventualmente llegó a la casa de Wilde en Tite Street, Chelsea, trayendo con él un trofeo de lucha y aunque no acusó a Wilde en forma directa de estar comprometido en una conducta impropia con su hijo, le dijo ‘lo miras y tú posas como tal, lo que es igualmente malo’ y juró que él aplastaría a Wilde si volvía a encontrarlo de nuevo en un restaurante público con su hijo. La famosa respuesta de Wilde a esta amenaza no traiciona su temor: ‘ Yo no sé que son las reglas Queensbury’, dijo, ‘pero las reglas de Oscar Wilde es disparar a la mira’ . el le mostró a Queensbury la puerta, dándole instrucciones a su sirviente a volver a dejar entrar nunca más al marques a su casa y desde entonces Douglas y Wilde se empeñaron en que se los viera juntos en la mayor cantidad posible de lugares públicos. Luego, en Octubre, cuatro meses después, el heredero de Quensbury, Drumlaring fue asesinado en lo que fue reportado como un accidente de caza, pero que para los que conocían la situación les parecía meas bien un suicidio. Había sospechas de que había sido extorsionado por su relación con Rosebery , quien ahora era Primer Ministro. Queensberry, habiendo perdido un hijo por lo que él veía como el mal de la homosexualidad, estaba determinado a no dejar el tema de Oscar y Bosie en paz y planeaba crear un disturbio en la noche de estreno de The Importance of Being Earnest el 14 de Febrero de 1895 con un grotesco montón de vegetales. Wilde fue advertido por un amigo, e informó a la policía y al marques se le negó la entrada al teatro. Pocos días después, el 18 de febrero, Queensbury dejó su tarjeta en el club de Wilde. .

Para ahora, mediados de febrero de 1895, Wilde tenía dos obras presentándose en forma simultánea en el West End de Londres, The Importance of Being Earnest ( la Importancia de llamarse Ernesto) y An Ideal Husband ( un Marido ideal). El era exitoso; tenía un ingreso sustancial que provenía de las ventas de los teatros, (equivalentes £7,000 a la semana en dinero de hoy) lo que en gran parte era gastado en mantener un desastroso y extravagante estilo de vida con Douglas; del que él hablaba mucho. El también estaba perdidamente enamorado de su ‘chico de cabellos de oro’ quien odiaba a su padre con pasión y quien vio una oportunidad a través de Wilde de ponerlo en el muelle, si es que no lograba ponerlo tras las rejas. Wilde, como él dijo más tarde en su larga apología, De Profundis, haber perdido la cabeza y demandado por difamación.

Yo ya no era meas el capitán de mi alma y no lo sabia. Te permití dominarme y a tu padre intimidarme. Mi juicio me abandonó. No vi ninguna posible salida a ninguno de ustedes dos. A ciegas me tambaleaba como un buey en el matadero.

Pero no hay una explicación simple para su conducta. La arrogancia surgió del éxito social y literario y la creencia de que él era de cierto modo inmune a la ley incuestionablemente jugó una parte, del mismo modo que lo hizo el deseo de complacer al joven Douglas. Yo estoy seguro también, que hubo un elemento perverso de querer representar una pieza teatral en la corte cuyo prólogo el escribió pero cuyas consecuencias solo eran conocidas por el destino: ‘El peligro’ como más tarde él dijo de su vida demi-monde‘ el peligro era la excitación por una parte’. El debió haber estado advertido de que tendría que defender su relación con Bosie y que Queensbury se enfocaría en su comportamiento público y sus libros escritos, evidencia que en el peor de los casos solo podía ser vista como circunstancial.

El Marqués de Queensberry demandó a Oscar Wilde por el delito de calumnia y que condujo a su caída, desgracia y ruina

El no podía, sin embargo pelar con la terrible evidencia de jóvenes prostitutos y extorciones indagadas en el submundo homosexual de Londres por los abogados de Queensbury, algunas de las cuales se le revelaron un día o dos antes del juicio como parte del plan de justificación del marques. Trece instancias de ‘gran indecencia’ con jóvenes fueron citadas, pero al final de los documentos estaba Dorian Gray.

Y luego los dichos de Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde en los meses de julio en el año de nuestro Señor mil ochocientos noventa escribió y publicó con su nombre en la portada un cierto trabajo inmoral y obsceno en forma de narrativa, titulado El Retrato de Dorian Gray, este trabajo se ha dicho que ha sido diseñado e intencionado por Oscar Wilde y ha sido entendido por los lectores como la descripción de relaciones íntimas y pasiones de ciertas personas de hábitos, gusto y prácticas sodomíticas y no natrales. Y esta obra citada fue calculada para ir contra la moral y para alentar el vicio antinatural.

Cuales eran los motivos de Queensbury o de sus abogados de incluir una pieza de ficción en la cual los secretos vicios de Dorian eran simplemente atisbados. Esto no era prueba de nada. Si Wilde tenía que enfrentar solamente con un catalogo de ofensas con jóvenes hombres, entonces, era razonable que dejara el caso. Esto habría derrotado al objetivo de la provocación inicial del marqués o la ‘trampa lodosa’ como él meas tarde la llamará, que era permitirle a él humillar a Wilde en público. Si por otra parte su trabajo como artista era atacado, dada su inspirada defensa a la primera edición de Dorian Gray, era más probable que se quedara y peleara. Wilde, a pesar que es improbable que el razonamiento de los abogados fuera tan lejos, estaba bien informado del juicio de obscenidad e inmoralidad de 1857 de dos de sus autores favoritos franceses: Flaubert de Madame Bovary y Baudelaire de Les Fleurs du Mal (las Flores del mal). Los cargos contra Flaubert habían sido que su obra era ‘un ultraje al público y a la religión moral y a la mortalidad’ y contra Baudelaire el veredicto de la corte establecía que Las Flores del Mal contenía ‘pasajes y expresiones obscenas e inmorales’. En el caso de Flaubert fue absuelto y Baudelaire tuvo que pagar 300 francos con seis de sus meas queridos poemas suprimidos. En comparación con lo que le pasó a Wilde, salieron livianos. Hay algunos ecos desagradablemente familiares también, en ambos autores las visiones en el tiempo del juicio. Baudelaire le escribió a su madre poco antes de la censura del libro ‘ tú sabes que yo siempre he considerado que la literatura y el arte persiguen y buscan una independencia de la moralidad’. Y Flaubert, exasperado por la precaución de su editor Maxime Du Camp, se reporta que dijo ‘ No me importa; si mi novela exaspera a la burguesía, no me importa; si nos llevan a juicio, no me importa’. Hay poco que Wilde podría haber saboreado más (y de hecho lo hizo) que pararse en el lugar de los testigos y defender su arte. El sistema legal británico, sin embargo, tiene una atracción adicional; mientras el francés era obligado a alegar a través de sus abogados, Wilde sabía que se le permitiría ‘actuar’ a el mismo en la corte.

Oscar Wilde y `Boise` Douglas en Oxford en 1893

Había tal vez una razón adicional para que Queensbury incluyese Dorian Gray como justificación del alegato. Un juicio criminal sería decidido por miembros del jurado el cual, esa primavera de 1895, estarían todos al tanto del éxito teatral de Wilde, de su posición social, incluso de su amistad con el príncipe de Gales. Los testigos que testificarías contra él, eran todos en teoría, culpables de la misma ofensa y sus evidencias podían ser vistas como tentadas. De hecho, en el primera de las propias pruebas de Wilde, como parte demandada contra la corona, la evidencia de esos mismos testigos, dejó al jurado en desacuerdo en incapacidad de establecer un veredicto. Entonces, que mejor que recordarle al jurado del escándalo causado por la publicación en la Revista Lippincotts sobre Dorian Gray cinco años antes y sugerir que por asociación y simpatía con su tema el autor el claramente culpable de las mismas depravaciones implicadas.

En el otoño de 1889, Wilde llevaba casado cinco años. Tenía dos hijos pequeños y había logrado un modesto vivir con críticas, ensayos, charlas e historias cortas en forma ocasional. El había sido también el editor de una bastante ligera revista mensual llamada The Woman’s World ( El mundo de las Mujeres) de la cual había recién renunciado. La Regularidad de hábitos no era uno de sus puntos fuerte. Casi al final se le preguntó cuan seguido él iba ala oficina: ‘ solía ir tres veces a la semana por una hora, pero desde entonces abandoné uno de los días’ respondió. Ese verano Blackwood’s Magazine había publicado su cuento The Portrait of Mr W.H. ( El Retrato del señor W.H.) en el cual él argumentaba sobre el caso del soneto de Shakespeare que habría sido dedicado a un joven actor, Willie Hughes. Era la primera vez que él abiertamente tocaba el tema del amor entre el mismo sexo, pero en este caso la historia se centraba en un argumento intelectual y dada por el respeto de precedentes históricos. Sin embargo amigos en altas esferas, notablemente Arthur Balfour y Herbert Asquith (ambos serían después Primeros Ministros) le aconsejaron imperiosamente no publicarlo y el Fortnightly Review de Frank Harris ya lo había bajado. Cinco años después en 1894, el editor Elkin Matthews se negó a publicar The Portrait of Mr W. H. En forma de libro ‘a cualquier precio’ como manifestó. La publicación de Dorian Gray mientras tanto no fue tratada del mismo modo.

Una página del manuscrito del Retrato de Dorian Gray

Pero durante el otoño de 1889 el editor J.M.Stoddart, un conocedor de las clases de Wilde en su tour por América siete años antes, con el cual había visitado a Walt Whitman, llegó a Londres y lo invitó a comer junto a Arthur Conan Doyle. Stoddart estaba en la ciudad para promover la Revista Lippincott y solicita historias a autores británicos. Conan Doyle le ofrece la segunda de sus historias sobre Sherlock Holmes, ‘The Sign of Four’ y Wilde, a pesar de lo registrado en las memorias de Conan Doyle, parece haber ‘The Fisherman and His Soul'( El pescador y su alma), una historia más tarde publicada en su colección A House of Pomegranates. Stoddart la rechazó por ser muy corta e inadecuada para una audiencia adulta, pero Wilde le escribió de vuelta en diciembre diciendo ‘tengo una nueva historia que es mejor que el ‘Pescador y su alma’ y estoy listo para publicarla ahí. Estará lista para fines de marzo’. Dorian Gray estaba a punto de nacer.

No sabemos si Wilde ya había escrito y enviado a Stoddart ‘ El pescador y su alma’ para este entonces o simplemente se la había contado del modo que él creaba historias desde el aire delgado y por lo que todos los que lo escucharon hacerlo han testificado. Lo que parece significativo es que era una idea con la que Wilde estaba jugando. Un pescador se enamoraba de una sirena, un amor que solo podía ser consumado si él renunciaba a su alma. Esto él lo logra a través de medios supernaturales, pero se le niega al alma irse con el corazón. El pescador se une a la sirena, mientras que el alma queda errando por el mundo, sin corazón y aprendiendo todos los placeres del mal. Por tres años el pescador y su alma se encontraban en el aniversario de su separación, hasta que finalmente el alma lo tienta, con la promesa de delicias sensuales, para que vuelva. La Sirena es olvidada y el pescador es dejado por su alma sin corazón para robar y cometer otros actos de violencia. Solo en la muerte el se reencuentra con la sirena, solo en la muerte puede su alma re entrar en su propio corazón.

Las afinidades básicas con Dorian Gray son suficientemente claras pero los motivos y resultados se han vuelto siniestros. Dorian vende su alma, o así se cree, para que su retrato envejezca en su lugar y lleve todas las marcas de su vida depravada en vez de su propio cuerpo. Pero a diferencia del pescador, él no se reúne en la muerte Sybil Vane y con un alma redimida. La suya no es una renuncia consiente a su mala vida, simplemente el deseo de ser libre de su conciencia, y con un acto final destructivo de romper el cuadro, logra precisamente lo contrario, atándose a si mismo eternamente a su doble. La redención divina de la renuncia la mal, un tema que aparece en muchas de las primeras obras de Wilde, El joven Príncipe, el Gigante Egoísta en particular , parecen no tener más un lugar en este mundo. Se ha convertido en una visión del destino griega en vez de una visión Cristiana. Stoddart quería una historia meas para adultos para su revista y de hecho la obtuvo. Como Richard Ellmann, tan precisamente dijo en su biografía de Oscar Wilde de 1987: ‘ Después de esta fecha, la literatura victoriana tendría un look diferente’.

Dorian Gray fue publicada en el número de julio de la Revista Lippincott el 20 de junio de 1890 y para una publicación de revista levantó una crítica más allá de lo normal. Incluso para Wilde quien había conducido su campaña de relaciones públicas desde que dejó Oxford, el efecto debe haber sido sorprendente. Hoy un agente de autor contaría los centímetros de las columnas de vituperación engendrada por una historia como esta, declaran que toda publicidad es buena publicidad y venden el próximo libro del autor por una gran suma de dinero. Pero en el Londres Victoriano lleno de prejuicios. Y su mujer, Constance había dicho para remarcar: ‘Desde que Oscar escribió Dorian Gray, nadie quiere hablar con nosotros’

La primera condena ( y la mayoría lo hizo) fue de St James’s Gazette con una crítica sin firmar:

El enigma es que un joven hombre ( el mismo Wilde) de decente origen, que disfrutó cuando estuvo en Oxford, la oportunidad de asociarse con caballeros, debe poner su nombre ( así como lo hizo) en una obra tan estúpida y vulgar. Dejemos que nadie lo lea en la esperanza de encontrar paradojas ingeniosas o una maldad picante. El aire del escritor su barata investigación de la basura de los decadentes franceses como un pedante aburre sin piedad con su belleza del cuerpo y de la corrupción del alma.

Esto inmediatamente provocó un intercambio de cartas de Wilde con comentaristas editoriales desde el periódico los que tomaron un tono cada vez más alto y moral desde uno defensivo e indignante desde el otro. ‘ yo soy totalmente incapaz de entender como cualquier obra puede ser criticada desde un punto de vista moral; escribió Wilde:

La esfera del arte y la esfera de la ética son totalmente distintas y separadas’ y continuas: ‘ las buenas personas, pertenecen de hecho a la norma, y así, el tipo del lugar común no tiene interés artístico. La gente mala es, desde el punto de vista artístico, estudios fascinantes. Ellos representan colores, variedades, rareza. Las buenas personas exasperan la razón; las personas malas abren nuestra imaginación.

El Daily Chronicle fue meas enfático aún y se refirió a la obra como ‘ un libro venenoso, la atmósfera pesada con olores diabólicos de putrefacción moral y espiritual, el cual puede ser horrible y fascinante por su afeminada frivolidad’. Wilde respondió inmediatamente: ‘ esto reacciona contra la cruel brutalidad del realismo. Es venenosos si les parece pero no se puede negar que es también perfecto, y la perfección es lo que buscamos los artistas’

El Scots Observer creyó que la historia tenía un inequívocamente homosexual en su tono:

¿ Por qué excavar en un montón de estiércol? El mundo es justo, y la proporción de hombres con mentes sanas y mujeres honestas en comparación con los tontos, caídos o contra natura es alta. El Señor Oscar Wilde ha vuelto a escribir cosas que sería mejor que no se hubiesen escrito y mientras que El retrato de Dorian Grayes ingenioso, interesante, lleno de inteligencia y simplemente el trabajo de un hombre de letras, no deja suficientemente claro si el autor no prefiere la inequidad contra natura a una vida de pureza, salud y sanidad. La historia- que trata de estos asuntos solo encaja para el departamento de investigaciones o a un escucha de cámara – es un descrédito para el autor y el editor. El Señor Wilde tiene cerebro, arte y estilo; pero si el puede escribir para nadie más que nobles fuera de la ley y pervertidos niños de telegramas, lo antes que se dedique a la costura ( o cualquier otra actividad decente) mejor para su propia reputación y la moral del público

La referencia al noble fuera de la ley y a jóvenes mensajeros pervertidos fue cercana a una acusación de homosexualidad como un diario podía permitírselo hacerlo. Era una referencia oblicua al llamado caso del escándalo de la calle Cleveland de agosto del año anterior, en el cual una casa fue allanada en la cual jóvenes mensajeros de la Oficina General de Correos cercana fueron encontrados ofreciendo’ servicios personales’ a clientes aristocráticos. Se rumoreaba que un número de altos políticos estaban también involucrados, pero el gobierno puso presión en aguantar que la policía no hiciese arrestos hasta que los clientes influyentes del establishment fueran capaces de cubrir sus huellas. Lord Arthur Somerset, por ejemplo, recurrió al Príncipe de Gales, logrando su escape a Francia donde permaneció por casi el resto de su vida en exilio. La opinión pública era muy contraria frente a este ‘vicio inmencionable’, el cual fue hecho una ofensa criminal en 1885 .

La respuesta de Wilde al Scots Observer así como a otros periódicos fue un modelo de indignación contenida:

Su crítica sugiere que yo no dejé suficientemente claro si yo prefiero la virtud sobre el vicio o el vicio sobre la virtud. Un artista, señor, no tiene simpatías éticas. Virtudes y debilidades son para él lo que los colores en una paleta son para el pintores necesario para el desarrollo dramático de esta historia de rodear a Dorian Gray con una atmósfera de corrupción moral. Mantener esta atmósfera vaga e indeterminada y maravillosa es el deseo del artista que escribió la historia. Cada hombre ve sus propios pecados Dorian Gray. ¿Cuáles son los pecados de Dorian Gray?, nadie sabe. Ese que los encontró, los trajo.

Una curiosidad aparte en todo esto es que no se hizo lo que se habría esperado que se hiciera es darle la apoplejía universal inconformista, Fue recibido por algunos diarios tales como Christian Leader ( el líder Cristiano) y Christian World ( el mundo cristiano)quienes lo calificaron como ‘una parábola ética y una obra de alta importancia espiritual’. Deja una pregunta si es que su visión moral abraza un entendimiento, si no es un perdón de los pecados de Dorian, o si su espiritualidad simplemente no captó lo que pasaba en el submundo de Londres.

Estos extractos son citas de cierto largo para mostrar la tormenta de protestas que provocó Dorian Gray. Dieciocho meses antes, en 1889, Wilde había publicado un ensayo llamado ‘la Decadencia de la mentira’ , en el cual, como el puso ‘ yo soplé mi trompeta contra la puerta de la tontera’ era esencialmente un alegato para el retorno de la imaginación artística en la literatura en vez del actual realismo en boga.

Muchos hombres jóvenes comienzan en la vida con un don natural de la exageración el cual si se nutre en ambientes simpatéticos, puede crecer en algo realmente bueno y maravilloso. Pero en un corto tiempo el desarrolla una enferma y mórbida facultad de decir la verdad la que generalmente termina en escribir novelas que son como la vida misma que nadie puede creer en su probabilidad

Mientras que el ensayo ‘la Decadencia del vivir’ debe hacer alcanzado algunas pestañas, Dorian Gray se convirtió en la aplicación práctica de estas visiones y trasnochados dibujos de las líneas de batalla entre Wilde y el mundo de las cartas victorianas.

La portada de la revista de Lippincott de julio de 1890 en la que fue publicado por primera vez El retrato de Dorian Gray resumido

Si la controversial publicación de Dorian Gray le dio a Wilde una etiqueta en la mente del público, el escribir sobre él no quedó claro, tampoco Wilde estaba ansioso por convertirse en eso. Había después de todo un abismo de navaja entre que se hablara de él entre el mundo social y literario de Londres por tu ideas revolucionarias sobre la literatura moderna y encontrarte a ti mismo en ostracismo como un promotor de inmoralidad y decadencia que amenaza los reales fundamentos de esa sociedad, tanto por importar estas ideas como por encubrir lo que ya estaba allí. Como fue, para el tiempo en que fue persuadido por el joven Douglas de llevar a Queensbury a una demanda en la corte, estaba claro en retrospectiva que él había bajo estimado a la opinión pública. Frank Harris, a quien Wilde se acercó a hablar en la corte por los méritos literarios de Dorian Gray, dijo que él hizo su negocio en encontrar como Wilde considerado en común casa de clase media inglesa. ‘ mis investigaciones han tenido impactantes resultados. Todos asumieron que Oscar Wilde era culpable de lo peor que se había alegado en contra de él; la misma gente que lo había recibido a él en sus casas, lo condenaron sin piedad’. Y su antiguo amigo y posterior biógrafo, Robert Sherard, repitió los comentarios de una sociedad bullente algunos años después: ‘Incluso tú’ dijo ella. ‘pareces no entender como el funcionamiento de la Sociedad inglesa lo odiaba. Nunca se me permitió preguntarle por nuestra casa. ¡Cuan inconsciente deber haber sido de este odio cunado él pensó que la sociedad se levantaría por él!’

Mientras tanto, a pesar ( o tal vez por eso) del criticismo adverso , la edición de julio de 1890 de la revista Lippincott tuvo ventas fenomenales en Londres – 80 copias en un día de un solo kiosco en el Strand, el cual normalmente vendía tres copias al mes. Por otra parte W.H. Smith, como siempre el guardián comercial de la moral británica, le informó a Ward Lock, el editor y distribuidor de la revista en Inglaterra que abandonaban la posibilidad de vender en sus instalaciones ya que la historia’ ya que la historia había sido calificada por la prensa como inmundo’.

Dado el éxito del escándalo Wilde estaba ansioso de expandir la historia y de publicarla en forma de libro pero al mismo tiempo no tenía intenciones de jugar en las manos de los críticos diluyendo sus mensajes. Algunas modificaciones, sin embargo, eran necesarias y los más abiertos pasajes homosexuales fueron cambiados o suprimidos. En la versión publicada, la cual es la base hoy para cualquier edición popular de Dorian Gray, no encontraras la confesión de Basil Hallward de su amor por Dorian expresada en los mismos términos como fue presentada en la Revista Lippincot. ‘Es ampliamente cierto que yo te había adorado con un aún mayor romance de sentimientos que el que un hombre usualmente entrega a un amigo. De algún modo yo nunca había amado a una mujer. Tengo que admitir que te adoro locamente, extravagantemente, absurdamente’. A pesar de los cambios, una compañía a la cual él se acercó, Macmillans, se negó a publicarlo bajo los argumentos que contenía lo que ellos llamaban ‘ elementos desagradables’, y fue entregado a una compañía pequeña Ward Lock la cual había distribuido la revista original, lanzarlo como un libro, con seis capítulos adicionales.

El otro cambio fue que Wilde agregó un prefacio en la forma de dos grupos de aforismos lo cuales pretendían claramente ser una provocación adicional para los críticos. De hecho el dijo bastante en una carta: ‘ Mi novela aparece en forma de novela el próximo mes y yo estoy curioso de ver si estos miserables periodistas lo atacarán tan ignorantemente como lo hicieron antes. Mi prefacio debiera enseñarles a medir sus malvadas formas’ y de cierto modo lo hicieron. Lo que después de todo van a decir : ‘ No hay una cosa tal como un libro moral o inmoral. Los libros están bien escritos o mal escritos, eso es todo’. La mayoría de los críticos fueron meas favorables, e incluso Walter Pater, uno de los padres fundadores del movimiento estético, fue inducido a escribir un comentario, el cual se había negado hacer para las versiones de revistas considerándolo ‘ muy peligroso. Aquí, también , hay ecos franceses. En 1867 Emile Zola publicó Thérèse Raquin que fue recibido por los críticos con gritos a lo largo de las líneas de ‘la literatura de putrefacción que toma sus inspiraciones de las cloacas’. Zola, también se defendió en un prefacio de la segunda edición al año siguiente. Su defensa, a pesar de tener razones diferentes, fue esencialmente la misma: que la visión moral del artista no debe ser juzgada por el contenido de la obra.

La furiosa relación sexual de Thérèse y Laurent no significa nada inmoral para mi, nada calculado para provocar la indulgencia a las pasiones malvadas… mis críticos deben tener cuidado en no pronunciar grandes palabras vacías como moral y decadencia literaria, y debieran conocer mi derecho en estos días de libertad artística, de elegir mis temas en lo que me place

Pero si Zola fue más objetivo y científico, comparado con la artesanía de los escritores naturalistas con la de los cirujanos, Wilde parece haber saboreado el peligro de dejar a sus críticos confusos en relación a en que base moral estaba él parado, si es que estaba sobre alguna.

De todas la obras de Wilde Dorian Gray es incuestionablemente la más rica en atraer a críticos literarios y biógrafos. Como la vida de Wilde está abierta a múltiples interpretaciones diferentes cada una de las cuales es tan válida como la otra. Hay de hecho elementos del mismo Wilde y de hecho el admite esto en una carta privada: ‘ Me siento tan contento que te haya gustado ese libro colorido mío: el contiene tanto de mi en él. Basil Hallward es lo que yo creo ser; Lord Henry es lo que el mundo piensa de mi; Dorian es lo que quisiera ser – en otras épocas tal vez’. Lo que la defensor de Queensbury en el juicio, Edward Carson, hizo de esto es lo que me pregunto? En otra parte, sin embargo, Wilde firmemente negaba todo, excepto un completo involucramiento objetivo como artista y creador de su novela.

Poco sorprende, entonces, dada la reacción del público que recibió su publicación, que Dorian Gray fuera citada en el juicio como prueba del dudoso carácter moral de Wilde esa mañana del 3 de abril de 1895 Old Bailey. Una hora antes de que se levantara la cortina en lo que Oscar Wilde parece haber tratado en forma mal aconsejada como una obra de teatro. La corte estaba llena, esta era una presentación única. No había lugar para errores. Nada podía ser re escrito. No había segundas tomas. Para el placer de Oscar, Edward Carson, defendiendo a Lord Queensberry, comenzó su examinación cruzada con la relación de Wilde y Douglas. Ahí no había nada que defender. La evidencia era meramente circunstancial. Luego se movió hacia los epigramas en los que Wilde contribuyó para una edición de The Chameleon, una revista de pregrado de Oxford. En el mismo volumen hay una historia ‘The Priest and the Acolyte’ ( el cura y el acólito). Era mucho más comprometedor que todo lo escrito por Wilde , pero Wilde lo condenó como desagradable. Carson es incapaz de establecer culpa por asociación. De ahí avanzan a Dorian Gray. Wilde está defendiendo su visión de Arte y Moralidad. Carson toma la versión de Lippincott para llamar al libro ‘ la educción purgada’, y sí encontró la frase justa la cual Wilde juzgó como prudente omitir del libro, ‘ Has alguna vez adorado a un joven hombre locamente?’-“ No, no locamente; yo prefiero el amor- es una forma más elevada. Nunca he dado adoración a nadie excepto a mi mismo’. ‘ Un momento desagradable, pero Wilde regresa actuando para la galería. Termina el primer día. Wilde está lleno de confianza. La cortina se levanta en el segundo día y Carson comienza a preguntarle a Wilde sobre su vida privada. Aún Wilde mantiene a la audiencia en sus manos. ‘Es uno de tus tragos favoritos – champagne helada?’ ‘ Si- fuertemente a pesar de las órdenes de mi doctor’ – ‘ Nunca te preocupes de las ordenes de tu doctor, señor!’ ‘ yo no me preocupo. Todo tiene meas sabor si tú desobedeces las órdenes del doctor’. Más preguntas sobre Douglas y del sirviente en sus aposentos en Oxford. ‘ ¿Lo besaste alguna vez?’ – ‘ Oh, querido, no era una joven peculiarmente simple. Le tenía piedad por eso’- ‘ ¿ Fue esa la razón por la cual no lo besaste?’ Y antes de lo pensado todo había terminado. No se trataba de Dorian Gray al final una vez que lo tenían ( a pesar que ciertamente ayudó), sino de darle a Oscar Wilde de defenderse él y a su arte, Ned Carson lo encontró superfluamente fuera de guardia. Una agudeza fatal, muchas y se enviaba a si mismo a prisión. Wilde, como defensor, se retiró al día siguiente por recomendación de su consejero. Queensberry instruyó a sus abogados a enviar los documentos al Director de juicios públicos y Wilde fue arrestado esa tarde por ‘ grave indecencia’ , el nombre que los victorianos le daban a las ofensas homosexuales. Su primer juicio contra la Corona comenzó tres semanas después y terminó con un jurado indeciso. El tema podría haber terminado ahí, con Wilde suficientemente humillado frente a los ojos del público; la Ley no obligaba a continuar con el juicio. Pero lo hizo y recayó, no en otras manos si no que en las del abogado general mismo, Sir Frank Lockwood, para conducir el próximo juicio. Edward Carson se dice que apeló a Lockwood para terminar con Wilde, pero recibió la respuesta, ‘ No debemos. La gente en Inglaterra y en ele extranjero dirán que debido a los nombre mencionados en las cartas de Queensbury nos vemos forzados a abandonarlo’. ¿Había Queensbury escrito a Rosebery, amenazándolo con exponer su propias tendencias homosexuales a menos que asegurara la prisión de Wilde? Probablemente nunca sabremos. Meas que todo estaba el hecho que el gobierno necesitaba mostrar que podía morder del mismo modo que podía ladrar después del fiasco del caso de la calle Cleveland. Wilde fue sentenciado a dos años de trabajo forzado por ‘grave indecencia’ el 25 de mayo de 1895..

Cuando los británicos iban a Paris en la década de 1890 para sus placeres carnales, cualquier cosa que encontraban ellos la dejaban atrás. Wilde fue principalmente para experimentar una cultura diferente y encontró la decadencia de Verlaine y de los poètes maudits ( poetas malditos) y el mundo de A Rebours de J.-K. Huysmans. Su error fue traer esto a casa en su maleta y decirle a los británicos ‘ Miren lo que descubrí’ y ponerlo en impreso; como si fuera justo decir que El retrato de Dorian Gray es la única novela francesa escrita en inglés.’ Es simple no estaban jugando el juego y no era el tipo de cosas que el equipo de constructores de imperios validaban. Lo que deben haber sobre pensado es que al final él no era inglés, sino irlandés. Pero publicar el hecho, defender una posición en forma impresa y luego tirarlo en la nariz del público, era algo que nunca serían capaces de perdonarle a él. ‘ La moral moderna’, dice Lord Henry, ‘consiste en aceptar el estándar de cada época. Yo considero que para cualquier hombre de cultura el aceptar el estándar de su tiempo es una forma de gran inmoralidad’ Era una visión subversiva intolerante. Sus críticos y la ley le dieron su tiempo. La sociedad inglesa no podía condenar la visión de vida de ‘Dorian Gray’ a pesar de que la desaprobaban. Fue sólo cuando él cruzó la frontera de la legalidad que lo clavaron por su homosexualidad. Al final debe haber sido un tipo de alivio para esa sociedad el encontrar que él había violado la ley.

Entonces enviaron a mi abuelo a prisión por ser un rebelde; no simplemente cualquier antiguo rebelde político, pero uno que ponía en cuestión algo más peligroso – la hipocresía de esos valores sociales, sexuales y literarios en los que la sociedad victoriana estaba firmemente basado. El mostró un elenco de colores prohibidos a una edad monótona de poder industrial; el empujó sus ideas subversivas y su comportamiento subversivo al límite de lo que ellos podían tolerar – y luego solo un poco más lejos, a aquellos que ellos no podían tolerar.

Y luego, tal vez en esto, se sustenta el éxito extraordinario Dorian Gray por más de un siglo. Parte en forma premonitoria, parte confesional, parece que está intrínsecamente entrelazado con la sensacional y la vida de búsqueda de sensaciones de su autor, quien nunca respalda y nunca condena completamente su creación, la cual la posteridad, desde su muerte, la ha encontrado infinitamente fascinante pero infinitamente inquietante al mismo tiempo.

El decadente retrato de Dorian Grey de Ivan Albright usado en la película del Director Albert Lewin en 1945

Cuando él fue a prisión quebró a causa de Queenbury por los costos del juicio. La familia de Douglas dijo que pagaría, pero nunca lo hicieron. Ward, Lock compraron los derechos de Dorian Gray del destinatario oficial en 1895 por £10 y algunos años después se los entregaron a Charles Carrington, un editor parisino de dudosa reputación por ‘ una pequeña suma’. Para 1920 142 ediciones habían sido publicadas en 16 idiomas diferentes.

¿Podría Oscar Wilde haber escapado de ir a prisión si nunca hubiese publicado Dorian Gray? Es imposible de afirmar. La opinión pública, que no jugó un papel en el proceso de la ley, pero que generalmente influye en ellos en forma discreta, estaba definitivamente contra él. La ironía final es que del mismo modo que el retrato de Dorian sobrevivió, El Retrato de Dorian Gray se ha convertido en la obra más ampliamente traducida y meas conocida de las obras de Wilde en el mundo. Junto con Salomé la cual fue censurada por el censor de obras de teatro, Lord Chamberlain, y no se le permitió ser representada, Dorian Gray aseguró su inmediata reputación póstuma en Europa y hoy el artista y su obra viven triunfantes uno al lado del otro.

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