En 2009 se conmemoran los 500 años de la ascensión al trono de uno de los reyes más famosos de la historia. En el palacio, ubicado en Kingston, se mantiene vivo su legado y también, alguno de sus “fantasmas”.
Hampton Court y St. James son los únicos palacios construidos por el Rey Enrique VIII que todavía sobreviven. El primero, ubicado en la ciudad de Kingston a unos 20 kilómetros del centro de Londres, es el mejor exponente del carácter de este monarca que llegó al poder en junio de 1509. Para conmemorar los 500 años de su ascensión al trono, se han organizado festejos y recreaciones de la época. Si bien Hampton Court Palace ofrece una muestra única de la historia de las cortes inglesas entre los años 1500 y mediados de 1700, es la herencia de Enrique VIII la que más encanta a los turistas. No sólo por el magnífico estilo Tudor, presente en muchos rincones del palacio, sino también por las misteriosas historias que subsisten y aún recuerdan a este monarca. Por ejemplo, dicen que todavía se sienten los gritos de Catalina Howard, quinta señora del rey, en una de las galerías del palacio donde vivió el arresto,domiciliario tras ser acusada de adulterio.
Muchas de estas experiencias, además de un desarrollo integral que busca transmitir el valor patrimonial de este tipo de construcciones, es lo que mantiene vivo al palacio. Como explica William Le Fleming, education officer de Hampton Court, este recinto año a año cautiva a más de 5.000 visitantes. Pero lo más relevante es el trabajo que se ha realizado para atraer a niños y jóvenes. “Hemos implementado un concepto denominado family learning, con actividades que permiten que padres e hijos compartan juntos una experiencia entretenida. Además, gracias a distintas iniciativas puestas en marcha, cerca de 65 mil alumnos vienen a este recinto cada año”.
Las visitas en terreno son usualmente las más memorables experiencias de aprendizaje que los estudiantes pueden tener, agrega Le Fleming. La Torre de Londres y Hampton Court Palace han ganado el Sandford Award que premia los esfuerzos por transmitir el legado patrimonial de Inglaterra. “El apoyo para estudiantes y profesores comprende recursos como entradas rebajadas y gratuitas, en algunos casos; sesiones interactivas; presentadores expertos vestidos con los atuendos de la época; cursos para profesores y entrega de materiales pedagógicos; cuenta-cuentos, y recreación de deportes”.Para este año se espera un 30% más de visitantes. Se cumplen cinco siglos de la ascensión al trono de Enrique VIII, y todo gira en torno a su memoria. Hay tours guiados por sus apartamentos, por los espacios habitados por sus mujeres, por las cocinas, juegos de justas y caza, entre otras muchas actividades que incluyen hasta la gastronomía del siglo XVI.
El encanto de los Tudor.
Famoso por sus seis señoras y varias otras excentricidades, Enrique VIII (1491 – 1547) buscó la inmortalidad en todas las tareas que emprendió. Quería una Inglaterra fuerte y poderosa, y para eso, era esencial mantener la dinastía a través de un heredero. La búsqueda de ese ansiado hijo fue lo que llevó a este monarca a desconocer la autoridad del Papa y a declararse cabeza de la Iglesia de Inglaterra. Así cambió la historia para siempre.
En Hampton Court se encuentran diversas muestras de su semblante. Enrique VIII se destacó desde niño por su carisma, inteligencia y sensibilidad artística. Aprendió latín, griego, leyes, matemáticas, teología, música y los secretos de la caballería. También el arte de la guerra, que lo llevó a consolidar el poderío naval inglés y, entre otros logros, a anexar Gales al Reino Unido. Si bien los orígenes de Hampton Court Palace se remontan a la Orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén en el siglo XIII, fue el cardenal Thomas Wolsey, arzobispo de York, quien le dio su magnificencia hacia el año 1514.
Cuando en 1528 Wolsey entrega esta propiedad a Enrique VIII, Hampton Court era ya un palacio importante. Las ampliaciones y remodelaciones del monarca consolidaron este espacio como uno de los puntos más emblemáticos de reunión de la corte. Las cocinas del palacio son un monumento vivo a la cocina real y del entretenimiento. La construcción de más de 50 habitaciones destinadas a este propósito, le valieron a Enrique VIII la fama de “consumidor de alimentos y de mujeres”. Para ser justos, estos espacios se construyeron no sólo para alimentar al rey, sino más bien a los más de 1.200 miembros de la corte.
Excepcionalmente rico en colorido y en decoración es la Royal Chapel. Fue en esta capilla, en 1540, que el arzobispo Cranmer entregó una carta a Enrique VIII, incriminando de adulterio a su joven señora, Catalina Howard, quien más tarde fue ejecutada en la Torre de Londres. En tanto, en el Great Hall se puede contemplar el exquisito gusto del monarca. Sus paredes están cubiertas por enormes tapices, que rememoran la historia de Abraham. Para conocer más de Enrique VIII se puede seguir el recorrido por sus habitaciones, comedores y hasta su peculiar baño. Si de intimidad se trata, Hampton Court tiene habilitada una sala con una muestra especial, denominada “Young Henry VIII” que da cuenta de sus distintas facetas, incluso como marido de seis mujeres (Catalina de Aragón, Ana Bolena, Jane Seymour, Anne de Cleves, Catalina Howard y Catalina Parr).
Las mujeres de Enrique VIII:
Catalina de Aragón se casa con Enrique VIII en 1509, mismo año que asciende al trono. En 1511 nace el Enrique, quien muere a los dos meses. La princesa María nace en 1516. En 1533 el monarca se divorcia de Catalina.
Autor desconocido. National Portrait Gallery, London.
Enrique VIII se casa con Ana Bolena en 1533, una de las damas de honor de Catalina de Aragón. Da a luz a la futura Reina Isabel I. Tres años después es decapitada bajo la acusación de adulterio, incesto y traición.
National Portrait Gallery, London.
En 1536 Enrique VIII contrae matrimonio con Jane Seymour y al año siguiente nace el príncipe Eduardo. Jane muere poco después del parto.
Ana de Cleves, cuarta señora de Enrique VIII. El matrimonio, realizado en 1540,dura menos de un año y se anula en buenos términos y de mutuo acuerdo.
Catalina Howard, se casa con Enrique VIII en 1540. Al poco tiempo es puesta en arresto domiciliario bajo el cargo de traición. Fue ejecutada en 1542 en la Torre de Londres. La única mujer que sobrevivió a Enrique VIII fue Catalina Parr. Este matrimonio se efectuó en 1543 y duró cuatro años. En 1547 muere el monarca.
Pintor desconocido. National Portrait Gallery.